Menos mal que el equipo de limpieza del Feyenoord no se había tomado el día libre, porque parecía que iba a convertirse en una situación cómica justo antes y justo después de las dos y media en De Kuip.
La causa fue la acción de confeti de la afición del club de Róterdam, que provocó muchos retrasos porque el campo quedó cubierto por los recortes blancos. La imagen se volvió bastante pobre al cabo de unos 10 minutos, cuando por fin se pudo iniciar el partido. El resultado de tantos recortes también se vio pobre, ya que provocaron numerosas resbalones.
La confianza era grande en Róterdam. Se daba por hecho que se derrotaría al PSV, especialmente en casa. El partido contra el Nápoles no causó demasiada impresión en Róterdam, según se desprendía de las palabras de Robin van Persie antes del encuentro Feyenoord - Panathinaikos. Van Persie no quiso responder a ninguna pregunta sobre el partido contra el Nápoles antes del viernes por la tarde.
Van Persie consideró que el PSV solo jugó bien contra un Nápoles con diez hombres, algo que quizá no benefició a su propio equipo, porque la confianza en una victoria sobre el PSV era demasiado grande en Róterdam. Quizá un poco excesiva.
El PSV de Peter Bosz ganó por tercera vez consecutiva en la Eredivisie al Feyenoord en De Kuip. En la primera temporada de Peter Bosz en el PSV, el equipo ganó 1-2 al Feyenoord, después de que ya hubiese conquistado en De Kuip la Johan Cruijff Schaal.
Después, el PSV sí perdió ante el Feyenoord en un duelo directo por la KNVB-beker, para cerrar también con triunfo las dos siguientes ediciones en la Eredivisie, incluida la de hoy. Al igual que la temporada pasada, el marcador final fue 2-3.
Ismael Saibari fue el gran protagonista del PSV, ya que el desatado mediapunta, centrocampista y número 10 de repente, firmó un hat-trick con goles hermosos y, sobre todo, únicos. Por parte del Feyenoord, Luciano Valente y Oussama Thargalline marcaron los tantos, que en realidad no podrían considerarse auténticas ocasiones. Un débil trabajo del portero Kovar y la falta de contundencia de la defensa fueron responsables de ambos goles del Feyenoord.
El equipo de Peter Bosz ganó con justicia en De Kuip. Llamó la atención que el Feyenoord de Robin van Persie por momentos mostró mucha pobreza con el balón. Muchas pérdidas, pases fallidos y numerosos malentendidos por la escasez de calidad en la posesión. De Kuip volvió a empujar tras el 2-3, pero futbolísticamente el Feyenoord no logró imponer su voluntad al PSV. El equipo de Bosz, con el balón, está un par de clases por encima del Feyenoord.
El PSV juega el viernes por la noche el partido de liga contra el Fortuna Sittard en el Philips Stadion.