Icono del Feyenoord se molestó mucho por el 2-3 ante el PSV y por los jugadores del PSV celebrando | 'Me parece un hombrecito tan irritante'

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por admin
sábado, 25 octubre 2025 en 9:00
Noa Lang
Feyenoord - PSV vuelve a estar en la agenda. Ese partido se considera hoy en día el duelo cumbre de los Países Bajos. Tanto la plantilla del PSV como la del Feyenoord están consideradas las mejores del país, y podemos concluir sin problema que la plantilla de Peter Bosz puede verse como la mejor de los Países Bajos. 
No obstante, los rotterdameses parecen haberse acercado un poco al PSV esta temporada si miramos las cualidades de ambas plantillas. Acercado en el sentido de que las diferencias de la temporada pasada aún no se reflejan en la clasificación de esta temporada.
La última edición de Feyenoord - PSV brindó un enorme espectáculo. Feyenoord tomó en mayo de este año una ventaja de 2-0 y parecía encaminarse hacia el 3-0. El equipo de Peter Bosz supo enderezar el rumbo en una tarde en la que la mayoría del fútbol neerlandés pensaba que el trofeo podría entregarse en Ámsterdam. Todo salió de otra manera, como vio también el icono del Feyenoord Ben Wijnstekers, quien al mismo tiempo considera que su vivencia del fútbol puede calificarse de algo exagerada.
En Kop van Zuid, el nuevo libro sobre Ben Wijnstekers, el exdefensa habla de su amor por el Feyenoord y de su forma de vivir el fútbol alrededor del club de Róterdam. Jugó entre 1975 y 1988 para el Feyenoord y, a sus setenta años, aún se le encuentra a menudo en De Kuip. 
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La última edición de Feyenoord - PSV despertó muchas emociones en Wijnstekers, quien comparte sus vivencias de aquel día. Noa Lang puso al PSV en el camino correcto, vio Wijnstekers. En el 2-2, Lang se subió a la valla publicitaria de cara al público local. “Entonces pensé: si ahora estuviera en el campo, a ese Noa Lang le iba a dar bien para el pelo. Me parece un muchachito tan irritante”, cita el Algemeen Dagblad a Wijnstekers en su nuevo libro.
“En ese partido hizo una mano, tiró el balón lejos y provocó al público subiéndose a los paneles publicitarios. Si yo hubiera estado en el campo, le habría dado un empujoncito al foso. Sería capaz de ello. En realidad deberías estar por encima de eso, pero no va con mi carácter. Tengo demasiado temperamento para eso. Yo habría dicho: ‘En nuestro estadio no, amigo'”
Wijnstekers admite que a veces piensa de sí mismo que vive el fútbol de manera exagerada. Sin embargo, puede hacer poco al respecto. Desde los cinco años me han arrastrado a ese ambiente. Al final siempre es una combinación de sobrevivir, de defenderte y de sentir orgullo por el club. Ese sentimiento lo tengo muy fuerte cuando veo partidos. Entonces me pongo fanático y a veces suelto alguna blasfemia. Estoy metido en ello, cada día. A veces me digo: ‘No te pongas así, hombre, compórtate normal’. Pero no se me pasa”, asegura el rotterdamés de pura cepa.
En la última edición de Feyenoord - PSV, la famosa del 2-3, Wijnstekers tuvo un encontronazo con aficionados del PSV en el palco de honor.  ‘Todos esos del PSV aquí en la grada estaban celebrándolo’, señala Wijnstekers la tardía victoria por 2-3 del PSV en De Kuip. “‘No os paséis, hombre, id a hacer eso a vuestro propio estadio’, grité. Mientras que cuando yo estoy en su estadio, también celebro como un loco y seguro que piensan: ¿qué le pasa a este tío? Los directivos a veces me dicen con una sonrisa: ‘Tranquilo, Ben, tranquilo ahora, ¿eh?’. Pero en el fondo me da igual, jaja”, dice Wijnstekers con un poco de autocrítica.
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