Ya es un asunto semanal. Incidentes con, por y alrededor de Wouter Goes. En Alkmaar no hay freno para Goes en el sentido de que los incidentes se acumulan, se multiplican y así sucesivamente.
El defensor del club de Alkmaar es una personalidad muy susceptible cuando se trata de contacto físico en el campo. Muchos jugadores, pero también árbitros, caen en ello. Así también el domingo por la noche en la fase inicial del AZ - PSV, donde Serdar Gözübüyük, tan campante, concedió un tiro libre al AZ tras un empujón de Wouter Goes.
Todo comenzó ya en la fase inicial y alcanzó su punto álgido —o mejor dicho su punto más bajo— en torno al incidente con Ivan Perišić. El experimentado croata, a diferencia de Goes, ciertamente no es considerado un jugador de mecha corta y casi siempre domina sus emociones. Eso no puede decirse de Wouter Goes. Hay que tener mucho oficio para irritar siquiera al veterano croata, pero a Goes le resultó sencillo el domingo por la noche.
Las imágenes bochornosas no dejan lugar a dudas. Como un niño pequeño, Goes intenta dejar claro que Perišić debe soltar su camiseta. Con actitud infantil, Goes golpea varias veces la mano de Perišić como señal de que ahora sí quiere que su camiseta sea soltada. Al parecer, en el AZ no hay nadie que pueda mantener a raya a Wouter Goes cuando se trata de sus emociones y de controlarlas.
Dos temporadas seguidas, Goes viene demostrando estar emocionalmente sobreexcitado en partidos al más alto nivel. Que el club de Alkmaar no logre regular a Goes en ese aspecto puede considerarse una carencia. Pero bueno, en Alkmaar desde hace años se pueden apuntar muchas deficiencias y rara vez, por no decir nunca, hay un clima de alto rendimiento.