El periodista de VI Frank Heinen es diestro en resaltar logros deportivos únicos. La semana pasada se dieron varias actuaciones únicas en Liverpool.
El PSV ganó al Liverpool y ese resultado dio la vuelta al mundo. Viéndolo en retrospectiva, por ejemplo Willem van Hanegem resulta en realidad muy elogioso sobre la actuación del equipo de Peter Bosz y también sobre el trabajo del propio entrenador, porque según Van Hanegem no es un milagro tan grande que el PSV en Liverpool.
Enfoca esa visión desde una perspectiva positiva y en realidad no puedes sino concluir que Van Hanegem hace un cumplido al club PSV en su conjunto. Van Hanegem se apresuró a decir que Bosz cuenta con una plantilla muy buena. En resumen, un enfoque positivo de De Kromme, que con la misma frecuencia también puede destacar el aspecto negativo.
Volviendo a Frank Heinen, que sabe valorar perfectamente una actuación extraordinaria pero, a diferencia del “good old” Nico Dijkshoorn, no necesita metáforas hirientes para ello. Hirientes en el sentido de que el a ratos escandalosamente comunicativo (al escribir) Dijkshoorn menciona rasgos externos de cualquiera para clarificar su postura o reforzar su opinión.
Frank Heinen simplemente le da la vuelta y no necesita textos ofensivos para aclarar su postura o reforzar su opinión de una manera agradable o humorística.
Anfield Road.
Frank Heinen simplemente le da la vuelta y no necesita textos ofensivos para expresarse de una manera agradable o humorística.
“Justo cuando casi te rindes con el fútbol como lugar donde la sorpresa tiene vía libre, sucede algo”
Resultado: 1-4.
Quizá haya oído hablar de ello.
Yo miré. Lo que esperaba de antemano ya es imposible de reconstruir. Solo puedo recuperar en parte lo que vi, y qué confusión se apoderó de mí.
Estaba en todo lo que vi.
En esa pierna de Gasiorowski, que por un instante se hizo el doble de larga para evitar un gol cantado del Liverpool. En las conducciones hacia dentro de Schouten, una y otra y otra vez. En las piruetas de Dest, en la confianza que crecía por segundos de Mauro Júnior, el chico que desde hace años es un hombre pero que por rostro, figura y nombre está condenado a permanecer eternamente joven. Estaba en Peter Bosz, el hombre que vio a su equipo marcar un gol tras otro, prendió fuego con sus propias manos a la carrera de Arne Slot y que, pese a todo, siguió hasta bien entrado el descuento con la mirada de alguien que observa desde la distancia en la playa cómo hacen explotar a una ballena varada.
Y estaba en los ojos de Couhaib Driouech. En sus apariciones en la Eredivisie a veces da la impresión de jugar a regañadientes, pero en los partidos más duros contra los rivales más difíciles hace las cosas más asombrosas. Una vez mandó al garete al Arsenal con una vaselina y hace unas semanas hizo trizas al Napoli. Así que sabe lo que es. Y aun así: cuando la semana pasada, tras sus dos goles en Anfield, trotó por el campo, algo perdido, y la cámara hizo zoom en él, como Mejor del Partido, estaba en su mirada: incredulidad, estupor. Que algo así pueda. Más aún: que él pueda algo así. Por eso veo fútbol, por eso yo mismo todavía juego. Con la esperanza de cosas que no puedo creer que esté viendo, o más aún: que yo mismo las haga”, afirmó Frank Heinen, en una pieza agradable en VI Pro, que de inmediato muestra que no es tan difícil superar con facilidad a Nico Dijkshoorn. Así que aplausos para Frank..Frank Heinen.