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PSV sufrió el martes por la noche una dolorosa y muy costosa derrota en la Liga de Campeones contra el Atlético de Madrid: 2-3. El PSV fue amo y señor en la primera media hora, pero olvidó apretar y acabó pagándolo. El suplente Armando Obispo desperdició in extremis una ocasión clarísima.
Bosz tenía preparadas algunas sorpresas para el duelo con el Atlético. Dennis Man fue descartado por motivos deportivos, mientras que no se quiso correr riesgos con Ivan Perisic. Por ello, Couhaib Driouech y Paul Wanner arrancaron en las bandas. Resultó ser una jugada maestra del entrenador del PSV, porque Driouech volvió loco una y otra vez a su marcador directo.
El extremo izquierdo marroquí fue la base del rápido 1-0 de Guus Til tras una magnífica preasistencia de Joey Veerman. El PSV debía entonces pisar el acelerador, pero no lo hizo. Driouech esta noche dormirá mal. Primero malogró una ocasión al rematar con el exterior desde una posición favorable y, pocos minutos después, sufrió un apagón. En lugar de definir él mismo, intentó encontrar a Til, que estaba en fuera de juego.
Fueron errores caros, porque el Atlético empató antes del descanso. Yarek Gasiorowski perdió un balón crucial en la salida, tras lo cual Julián Álvarez empujó a placer: 1-1. Con sufrimiento, el PSV consiguió llegar al descanso.
En la segunda parte todo se torció. Después de que el portero Matej Kovár no blocara bien un disparo lejano, el exfeyenoordista David Hancko apareció raudo para mandar el 1-2 al fondo de la red y, tras una combinación fluida, Alexander Sørloth puso además el 1-3.
El PSV recortó distancias en el tramo final gracias al suplente Ricardo Pepi e incluso dispuso de una ocasión enorme para el 3-3. Desde muy cerca, otro suplente, Obispo, no logró empujar el balón a gol.