El eufórico Henk Spaan disfrutó al máximo del PSV, pero vuelve a cargar contra Jerdy Schouten

El martes por la noche, el PSV entretuvo de lo lindo a la Europa futbolera y a la afición neerlandesa. Eso vale también para los habitualmente críticos periodistas deportivos, entre quienes sin duda contamos a Henk Spaan.

Spaan ya no es un gran admirador de Jerdy Schouten, a quien en el verano de 2023, tras su llegada al PSV, solía elogiar con frecuencia. Ahora Spaan ve a Schouten de otro modo, pero incluso el crítico por excelencia no puede sino mostrar una gran admiración por él tras la noche del martes. 

Henk Spaan afirma que disfrutó plenamente de la actuación del PSV contra el Nápoles en la Liga de Campeones. La holgada victoria del martes por la noche en el Philips Stadion, según Spaan, habló por sí sola. El columnista de Het Parool vio destacar a dos jugadores en un PSV por lo demás “sublime”. Spaan empieza con un tirón de orejas para Schouten, para después encumbrar al capitán.

“El PSV sublime me recordó a la época de Edström/Van der Kuijlen y a la era de Nilis/Van Nistelrooij”, comienza Spaan su análisis en su periódico. “Ejemplar fue el juego de Jerdy Schouten”, inicia Spaan su punto de vista.

Según Spaan, Schouten empezó el partido con “pases erróneos reconocibles y comportamiento de juvenil”. Sin embargo, eso cambió gracias a una aportación importante, que Spaan situó alrededor del 2-1 de Saibari. '

Entonces llegó su implacable interceptación, que llevó el balón a Ivan Perišić y luego a Til, quien dio la asistencia a Saibari. Condujo a un avance psicológico: de la inseguridad a la confianza en sí mismo. Schouten no cometió ni un error más. La velocidad de ejecución recibió un impulso y los controles fueron impecables. Aquí jugó un internacional”, vuelve a ser elogioso Spaan con Schouten.

Spaan también tiene elogios para el juego de Ismael Saibari, quien, a su juicio, puede alcanzar grandes alturas en el fútbol internacional de élite. “Saibari siempre tiene esa confianza, incluso cuando juega de manera discreta”, afirma el columnista. “Esta vez no fue así. Saibari brilló como nunca. Lo mismo ocurrió con Man y Til, que juntos casi se llaman Tillman”, concluye un críptico Spaan.